sábado, 7 de septiembre de 2013


NO ES CÓMO EMPIEZA, SINO CÓMO ACABA
Por Miguel-R.
Agarrotado aún por el esfuerzo de la carrera, que me ha dejado como es habitual unas graciosas agujetas, dejo aquí mi particular crónica de la prueba disputada la noche del jueves en el Castillo de las Guardas, para conservar el recuerdo y hacer un poco de bulto en el blog. La experiencia previa en este circuito con el grupo Kartingaso me hacía pensar que la clave para colarse en la carísima Final A estaba en hacer una Clasificación a tope, sin pensar en reservar fuerzas para más tarde. No me podía volver a pasar lo de febrero, cuando, pensando que ya había hecho suficiente, se me colaron quince por delante. También me preocupaba algo lo de correr de noche, pero esta preocupación se disipó en seguida pues la iluminación es suficiente. Eso sí, el circuito parece un poco triste.
Esta vez el primer sorteo me favoreció. Preparándonos para subir a los monoplazas, ya me dijo Carlos Senna que me había tocado uno de los dos mejores. Entonces sí que no puedo fallar, me dije. Otro elemento a favor era que en esa primera sesión estábamos los once primeros de la Clasificación General. Si el coche bueno lo tengo yo, no lo tiene uno de éstos, claro. Al empezar, sin embargo, no parecía que fuera especialmente bien, así que seguí mi plan de apretar a tope. Tenía a Jero por delante con su dedo escayolado, qué tío, y para no enredarme le di un poco de espacio. Como luego me costó la propia vida volverlo a coger, tenía mis dudas de que la cosa fuera bien. Dudas infundadas, porque efectivamente llevaba dinamita entre las manos y mía fue de nuevo la pole después de tantos años. Ni en mis cábalas más optimistas.
En la grada, Sevi avisaba: No es cómo empieza, sino cómo acaba. Bueno era recordarlo, sobre todo a mí, que en virtud de las muy elaboradas normas del Kartingaso, ya no me podía volver a tocar el bólido. Saliendo primero en la Semifinal Impar, confiaba en entrar sin muchos problemas en la Final A, pero no en conservar esa primera posición. A las pocas vueltas, Senna me pasó como un cohete con ese kart que había sido mío, y a duras penas pude conservar la segunda ante los ataques de Antonio Reina, pegado a mi retaguardia como una calcamonía. Por suerte le estorbó un poco el hijo del Padre de Lucas, desatado a bordo del kart 16, la mejor mecánica de la noche.
Por una dos décimas de segundo se quedó fuera de la final mi amigo y vecino Peter, y no acabaron ahí sus motivos para lamentarse. En la segunda vuelta de la Final B, ya dando síntomas preocupantes, su kart cayó fulminado y tuvo que retirarse. También quedó fuera de la final el del dedo tieso, al que emparedaron en una tremenda montorera en la Semifinal Par. No podía haberle pasado a otro, pues se hubiera violado la Ley de Murphy.
Y como no es cómo empieza, sino cómo acaba, esta vez fui yo el que le recordé a Carlos Senna, que le había tocado un kart para escaparse tranquilamente y aburrirse en cabeza. Tenía el tercer mejor monoplaza y los dos mejores salían desde atrás. La victoria era suya salvo desastre. Yo hice lo que pude para mantenerme en la pomada, pero el kart 5, con un motor de los nuevos aún algo atontado, se venía abajo al final de la recta y me dejaba a merced de coches con más punch. En esas circunstancias andaba cuando se me salió de la llanta el neumático delantero izquierdo y ya no hubo más que hacer, excepto esperar que acabara la carrera lo antes posible. No me retiré porque nunca hay que descartar que haya otro más desgraciado que tú, y mira por dónde sí que lo había: algo más atrás se arrastraba Fernando Alonso.
Pasaron muchas más cosas, pero eso tendrá que contarlo otro o, mejor aún, podrán verlo directamente en los vídeos (magníficos los comentarios de AJ Speed). Espero ya nervioso los de cámara-on-board del Templario. Sospecho que he chupado cámara bastante rato.

lunes, 2 de septiembre de 2013

DESIERTO KARTIANO.
Qué pena de blog. Sin carreras no hay nada realmente jugoso que contar, y el habitual desierto veraniego no acaba este año con el Gran Premio de Verano. Este año Michael Knight no organiza carreras, y ya se hace largo. Este año no hay Calendario, ni comida en el Castillo de las Guardas, ni Declaraciones Oficiales, ni llamadas nocturnas al equipo amarillo... Los pocos pilotos con los que mantengo algún contacto se mantienen entretenidos como pueden para no envejecer antes de tiempo y caer en el total adocenamiento. Preocupan un poco el nivel de riesgo de las actividades extra-kartianas de Mato, siempre necesitado de emociones fuertes, y el hígado de Jesús Pedrós, tan castigado desde que volvió al mercado. Algo habrá que hacer.
Algunos han sido adoptados por el Kartingaso, un grupo muy fuerte que organiza carreras realmente buenas, con mucha gente y cámaras-on-board de las caras. Menudos vídeos se hicieron de la carrera de Almancil del mes de mayo, con 21 pilotos en pista entre los que se encontraban Mato, Cappi y Miguel-R. Los tengo en un disco duro externo conectado a mi tele de 40" para verlos de vez en cuando en full HD. Desde luego en el Kartingaso se lo montan bien, aunque no coincidamos en dos aspectos para mi importantes. Concretamente, en cómo está organizado el campeonato por equipos, pues prefiero la continuidad en el compañero y en el color que se defiende, y en la ausencia de Comida de Declaraciones, aspecto aparentemente menos importante, pero que para los que no faltamos a ninguna en tantos años se convirtió en un evento tan trascendente como la carrera misma.
Ignoro si el Campeonato de Kartadas volverá. Depende de muchas cosas, la principal de las cuales es saber si hay suficientes pilotos dispuestos a compartir esta filosofía de competición. Echo de menos, por poner algunos ejemplos, a gente como el Piñote Team (no sé por qué, siempre me gustó ese nombre más que el de Scudería Birrari, que objetivamente era mejor) o a los de Aquí Hay Piloto con su pinta de simpaticos resacosos. De momento, el que suscribe, tratará de mantener el nivel participando esta semana en una nocturna del Kartingaso en el Castillo de las Guardas. Espero que sea un carrerón y poder tener algo entretenido que contarles. Si no, qué pena de blog.