domingo, 17 de noviembre de 2013


 
REMONTADO
En primavera de 2008 visitamos el Circuito de Cartaya en carrera oficial por primera vez. No fue una buena experiencia para el alter-ego de Michael Knight: al elevado precio, el duro castigo físico y lo decepcionante de los karts se sumó una pésima actuación personal que terminó de hundirle en la Clasificación General. Seis años después todo ha cambiado… excepto el lamentable resultado del cronista.

Ahora Cartaya es el circuito preferido del Kartingaso y hay motivos para ello. Siempre fue el mejor trazado. Ahora además el precio es razonable y los karts corren lo suficiente como para divertirse bien. No menos importante es la predisposición de los dueños a admitir las peticiones “especiales” de sus clientes. Gracias a eso, el grupo vuelve una y otra vez. Tras probar el trazado oficial y el trazado en sentido opuesto, maravillosos ambos, hoy, más todavía: variante para karts de competición con chicane “artificial” para cortar la larguísima recta (a ver si tengo un rato para hacerles un planito). El resultado, increíble una vez más. Este trazado funciona sea como sea. Ya lo verá en los vídeos el que tenga interés.

También podrá ver en primer plano el triste papel de Miguel-R en su cuarta incursión kartingasera porque en ambas tandas llevé la cámara-on-board cedida por el crack Fitipaldi. Como, tras una mala sesión de Clasificación, salía desde atrás, parecía una buena oportunidad para grabar una gran remontada. En la antepenúltima posición de la semifinal impar me colocaban junto a Bernardo, el otro damnificado del kart 33. Con la chicane justo después de la salida, salir desde atrás casi te condenaba a esperar el paso de este obstáculo para tratar de remontar. Al principio, la cosa no iba ni mal ni bien. Sin remontar lo suficiente, pero manteniendo a tiro al kart que ocupaba la cuarta posición y con veinte minutos por delante, entrar en la final A parecía factible. Pero en algún momento ganó Raul de Villota esa cuarta posición y empecé a temer que me bloquearan fatalmente los que tenía por delante. Tras alguna macarrada de la que no me siento orgulloso y que para mayor escarnio mío además iba grabando yo mismo, llegamos al momento cumbre de la mañana. Ya con la cuarta posición inalcanzable, Bernardo trataba de ganarme la posición por el interior en cierta curva rápida, yo no cedí y acabé, con algo de ayuda, por el campo y a toda pastilla. Di un bote descomunal, que ríete tú de lo de Fernando Alonso en Abu Dhabi, y milagrosamente volví a la pista sin apenas perder tiempo. ¡Una experiencia más! iba pensando mientras trataba de volver a engancharme a Bernardo, pero mis curvas estaban contadas. En una cerrada de derechas, subviraje brutal y coche a la hierba. De reojillo vi la rueda derecha mirando al cielo y até cabos rápidamente.

Como no cayó la breva de que hubiera hecho anteriormente el mejor tiempo de vuelta entre los que no entramos por puestos, penúltimo en la final B. No caí más bajo porque me llevé un amigo, Carluchi, que quedó peor que yo. Sólo cabía pensar: Ahora sí que haré una buena remontada. Pero no, todavía quedaban más tristes momentos. Poco avispado en los primeros giros, dejé que se me colocara justo delante un chavalín, que tendría, no sé, ¿trece años? El muy cabronazo, dicho desde el cariño, corría que se las pelaba en las rectas y me machacaba el ritmo en las curvas. Desesperado, alguna blasfemia solté y algún empujón le dí, hasta que en una arriesgada maniobra por fin le coloqué una pasada limpia. Ya era tarde. El siguiente por delante era Peter y estaba a un mundo.
Creo que por detrás de mí sólo quedaron tres pilotos, de los dieciocho que vinieron a Cartaya. En lugar de remontar, acabé remontado. De los que tuvieron la fortuna o la habilidad de esquivar la fatalidad, hago un resúmen: Jero rompió la racha de Fitipaldi con mucho mérito, tras aguantar durante veinte minutos la presión de Carlos Senna. Se coló en tercera posición un chaval nuevo, aunque en su remontada se ganó enemigos y posiblemente estrenen en sus carnes el novísimo Régimen Sancionador. Otra gran carrera es historia, pero la diversión no ha terminado: La post-carrera sólo acaba de empezar.

domingo, 3 de noviembre de 2013

¡ENTACADO!
Así iba ayer el Kartman, según sus propias palabras, en los últimos entrenamientos libres: entacado. ¡No le está sentando bien el año sabático! Demasiadas ganas para un circuito tan estrecho como el Talikart. Intentando cosas imposibles no sólo cometió algunas guarrerías poco propias de sus galones sino que incluso acabó empotrado en el exterior de la curva rápida bajo una montaña de neumáticos. Y es que ayer por la tarde, casi a oscuras debido a la deficiente iluminación de la pista, entre unos y otros le dimos bastante trabajo a los comisarios de la pista y nos llevamos una regañina después de cada una de las dos sesiones.
Se confirma por otra parte que el Talikart tiene pocas opciones de albergar un gran premio. Realmente, si un piloto no comete errores de bulto es imposible adelantarle y además puede ralentizar mucho el ritmo de los demás. Contando con una carrera limpia, claro. En ese aspecto es como el Circuito de Conil, por lo que en una carrera en esta pista la polémica está asegurada. Creo que quedará más como un circuito para entrenamientos, pues divertido sí es y tiene muy buenos coches. Algún día quizás pongan los transponders y podamos luchar contra el crono. Seguro que ese día tendrán que soportar muchas menos guarrerías en la pista de pilotos que vienen peligrosamente entacados.