CuandoCorremos?

AGUA BENDITA.
A falta de Mané, Pablo se convirtió en el nuevo mago del agua.

Bienaventurados aquellos a los que nada impidió desplazarse ayer sábado hasta Jerez de los Caballeros, porque ellos pudieron vivir la experiencia de la conducción sobre pista mojada. Como regalo del cielo, llovió lo justo y en los momentos adecuados para que tuviéramos, primero, una pista que se iba secando, y después, una pista que se iba mojando. Siempre se puede pedir más, pero en este caso sería claramente de mal gusto. Simplemente hay que dar gracias al cielo.
Era muy difícil que a Pablo se le escapara el Campeonato de Pilotos, con el colchón de puntos que tenía, eso lo sabíamos, pero el de rojo-antes-rosa no quiso dejar lugar a dudas. Dio la puntilla con una carrera perfecta, con pole y victoria en las dos mangas, que le valió además el Campeonato por Escuderías, gracias también a la buena actuación de su compañero y pasando por encima de los Anómimos y la Fiebre Amarilla, que a priori parecían favoritos. Sólo se le escapó la vuelta rápida, toda una lotería debido a las condiciones cambiantes de la pista.
Estaba también claro que si queríamos repetir la carrera de lluvia extrema del año pasado había que volver a Jerez de los Caballeros. Allí no les tienen miedo a la lluvia. Aunque han cambiado de dueños, o de gestores, no lo tengo claro, nos volvieron a tratar de categoría, y eso que a veces tiene mérito soportar nuestras cosas, reconózcanlo. ¿Cuánto tuvieron que correr para traernos los monos de la tintorería?¿Cuántas veces no hicimos entrar y salir a Nando con las pesitas de lastre? Porque en esta carrera, por fin, el gran Toro Rosso consiguió lo que tantas veces había reivindicado acerca de la igualdad de peso. En Jerez de los Caballeros están preparados para incluir lastre en los karts y no dejamos pasar la oportunidad. No fue riguroso, pero a todos los pilotos se les igualó más o menos a los cien kilos de la criatura. O las criaturas, porque Mato, Javi Amián y Alfonso también están bien criados y no “necesitaron” lastre.
Estaba la pista mojada, depués de toda una madrugada de chaparrones, pero había drenado bien. No llovía cuando los pilotos salieron por fin a la pista. Iban Pablo y Javi abriendo la comitiva y nada más llegar a la primera curva comprobaron que había mucho menos grip del que parecía. Se fueron directos a los montones de neumáticos del exterior. Por detrás lo vieron y se hicieron una buena idea. A tientas con el acelerador, con mucho cuidadín, fueron lentamente en busca de su vuelta rápida.
Pablo dio la primera en la frente de las aspiraciones amarillas consiguiendo la pole. Siguió copiándole Javi, y se colocó a su verita vera. En segunda línea, Cappi Kartman y Pedrós (¿mejor a causa del agua o del lastre? Nunca lo sabremos). En la tercera un decepcionante Miguel-R y el nuevo Torrente, Jorge, a la primera ya mejor que Mato, el piloto del acelerador on-off sin matices. A la cola, un enamorado de los karts, Alfonso, afinando el tacto.
Tras una salida en falso, por los nervios de no diré quién, se lanzó la primera ronda del Gran Premio de Otoño. Con mucho tiento se completó la primera vuelta. En la segunda ya cayeron Alfonso y Miguel-R. Este, según él, por no llevarse por delante a Javi Amián, cruzado en esa jodida y crucial horquilla de izquierdas. Se escapaba Pablo, hasta que Cappi Kartman hizo labor de equipo quitándole la primera a posición. Javi Amián se rehacía y cogía la rueda buena. Se pegó a Pablo y fueron a por un amarillo, mientras que el otro trataba de recuperar el terreno perdido. En la quinta vuelta se descolgó Jorge y ya no se pudo reenganchar. Así que mientras por delante luchaban los pilotos A de los tres equipos aspirantes, por detrás se disputaban las migajas los pilotos B Mato, Pedrós y Miguel-R. Ya lo verán en el vídeo de la cámara-on-board, incluidas las inenarrables excentricidades del celestón. Como no llovía, la pista mejoraba un poco y los pilotos cometieron pocos errores hasta el final. Acabó la carrera con Pablo y Javi en primera y segunda posición, pues se le colaron al Kartman en una curva tomada un poco por fuera, y así quedó la cosa.
El Campeonato de Pilotos ya estaba sentenciado. No así el de Equipos, en el que de parecía llevar algo de ventaja el Anónimos de Mato y Javi Amián. Para darle mayor emoción al asunto, se decidió formar la segunda Parrilla en orden inverso a los puestos de la primera ronda. Otra extravagancia a lo Ecclestone, que nos admitieron sin discusión.(¿Oyes, Heike?). Así que la primera línea fue ahora para los Torrentes, la segunda para Pedrós y Miguel-R y la tercera para Mato y Cappi Kartman. Les tocaba remontar ahora Javi y Pablo.
La salida fue muy limpia, contra lo que suele suceder cuando se invierte la Parrilla. Los de atrás esperaron con paciencia que los de delante cayeran como fruta madura. El primero Miguel-R, desplazado hacia el exterior con suavidad por un pasadito Pedrós hasta que se enganchó lamentablemente en los neumáticos y tuvo que ser rescatado. Nuevo desastre para el triste aspirante. Increíblemente, el pelotón siguió agrupado durante cuatro vueltas. Jorge perdió el liderato en un desliz, pero no se descolgó. Chispeaba desde el inicio, así que la pista ya no era lo que al final de la primera ronda. En la quinta vuelta, Pablo y Javi, otra vez calcados, ya eran primero y segundo. Los demás comenzaron a cometer errores. Alfonso y Pedrós caían casi hasta donde venía Miguel-R, que se animó un poquito. Mato resistía, pero no es el mismo de siempre cuando no hay grip. Perdía ya tiempo con la cabeza, aunque la tercera posición le daba aún la victoria a su equipo. En un lance fortuito con Jorge, tengo entendido, Cappi Kartman se empotró al final de la larga curva en una muralla de neumáticos y pasó a la cola. Arreciaba la lluvia y la pista se puso peligrosa. Miguel-R remontaba y vió con satisfacción cómo las condiciones eran demasiado para Mato, que dio el patinazo y se puso a su alcance. El único al que no parecía afectar la lluvia era a Pablo, que repetía machaconamente sus tiempos como si nada, hasta que Javi ya no le pudo seguir. A falta de tres vueltas, se agruparon de pronto cinco pilotos. Patinazo de Jorge y Mato, y ya estaban con los Pedrós, Miguel-R y Cappi Kartman. La última vuelta de este grupo es más para verla en el vídeo que para narrarla, pero lo intento. El comisario se situó con la bandera junto a la línea de meta, pues Pablo venía a punto de doblar al pelotón y tenía que darle el banderazo. Ésto confundió a Mato, que venía primero del grupo defendiendo su tercera plaza. Se puso nervioso y falló en la curva larga. Se le coló Pedrós y aumentaron los nervios. Antes de la horquilla se tocaron y Pedrós quedó revirado. Todo parecía de nuevo de cara para Mato, pero incomprensiblemente hizo trompo en la horquilla, pasando del tercer al séptimo puesto en segundos. Ahora Miguel-R tenía ese tercer puesto, pero, oh cosas de la presión, también trompeó. También se cruzó Jorge y, más adelante, Pedrós de nuevo, así que llegó tercero el superviviente, Cappi Kartman. Mientras pasaba ésto, un encorajinado Mato hacía otra de las suyas. No se le ocurrió más que coger el cortacésped y acortar media pista. Pero, ay amigos, le pilló el comisario. Eso sí, creó la suficiente confusión como para casi acernos creer que había terminado por delante.
Así pues, Pablo, sumando 20 puntos entre las dos mangas, fue el inapelable vencedor de este épico Gran Premio de Otoño. Segundo quedó un brillante Javi Amián (16p.) y tercero el fiable Cappi Kartman (12p.) en una buena despedida del título. Cuarto quedó Miguel-R (9p.) y le siguieron Pedrós (6p.), Jorge (6p.) y Mato (6p.), desempatados usando las posiciones de la Clasificación. Alfonso (3p.) cerró la lista en la octava posición.
La enésima ocurrencia de Yo-Por-Ganar-Mato le costó al equipo Anónimos el que podría haber sido su primer campeonato. Tampoco es que estuvieran muy tristes: se lo habían pasado en grande. También se quedó sin premio la Fiebre Amarilla, pues este año todo fue, como en 2008, para el equipo Si No Sabes Pilotar Paquete Metes, que vive una segunda juventud. Tenía mucha desventaja el equipo Torrentes, pues todos sus rivales habían corrido ya en agua, así que seguro que les mereció la pena la experiencia. Les quiero agradecer también su participación, sin la cual el Gran Premio habría quedado muy descafeinado.
Luego, hubo comilona como siempre para los que pudieron quedarse. Allí se siguió disputando la carrera, a causa de las reclamaciones de Mato, que tuvieron enredado a Michael Knight toda la comida, hasta que confesó cuando quiso. Porque el tío es listo y sabía que podía salir todo a la luz, por ejemplo si, mira tú por donde, esta vez había funcionado la camarita. Y me despido pues, esperando que disfruten de esta crónica de otra carrera épica y legendaria, así como de los Hipergráficos, que ya están ahí para ustedes (miren las pestañas justo debajo de la cabecera del blog), y de los Vídeos On Board, que colgaré en breve en Youtube.