CuandoCorremos?

ESPÍRITU COMPETITIVO.

Queridos amigos, después de tanto tiempo de inacción ya creía que me había abandonado el espíritu de las kartadas. Lo reconozco, no estaba nada seguro de que la llama de la competición siguiera viva dentro de mi. Sin embargo, inesperadamente, este viernes sucedió algo que me hizo cambiar de idea, algo que quiero compartir con todos ustedes para ir echando el rato hasta el día D.

Antes de meterme en faena, sin embargo, me permitirán que responda a la propuesta de los muchachos de Madrid de retrasar el Gran Premio a finales de julio: No puede ser. Nada más me gustaría más que el Kartman pudiera venir a Almancil, pero a estas alturas, con la pista y varias habitaciones de hotel reservadas y con todo el mundo informado... Se nos ha caído el Chupa Rueda, es cierto, y la lista de confirmaciones parece corta, pero estoy seguro de que al final el día 25 será todo un éxito, como siempre. El Sr. Pappi tiene casi 100% garantizada su participación, y yo mismo veo cada vez más posible mi propia presencia. Cuento además con la respuesta del Aquí Hay Piloto y del Pierre Nodoyuna, y podemos invitar nuevamente al Brown Team y a más gente. No les quepa duda.

Y ahora voy a lo mío. Les pongo en antecedentes: Por cosas de la crisis, estoy envuelto en un extraño reciclaje formativo. Este fin de semana sin ir más lejos, estoy conduciéndo vehículos pesados para aprender técnicas de conducción eficiente. Eficiente, en este caso, significa "de bajo consumo de gasóil". Ayer viernes se trataba de conducir dos veces por la misma ruta con un camión rígido de 10 toneladas, la primera haciendo una conducción "normal" y la segunda siendo "eficiente", y luego comparando el consumo medio. Dividieron la clase en cuatro grupos y cada grupo cogió un camión. En la primera sesión, de mi grupo de cinco personas, fui el que más gasoil consumí, con diferencia, aunque dos de ellos realmente no habían salido a carretera de momento porque sólo tienen el carnet B. "Así tengo más margen de mejora", les decía a mis compañeros. En la segunda tanda, los dos de antes, dos cabrones que ni siquiera tienen el carnet C, marcaron sucesivamente, en su primer intento, un consumo muy inferior al mío, dejándomelo francamente difícil.

Me gustaría poder contarles que lo conseguí, pero no voy a perder el tiempo mintiéndoles. En cambio, puedo contarles algo mucho mejor. En mi segundo trayecto, empezó justo delante mía otro de los camiones. Desde el principio vi que iba a ir más lento que yo y me propuse adelantarle, pero estos bichos son tan grandes y lentos, que no había manera. Más difícil adelantar que en Conil. Entramos en la Ronda Supernorte de Sevilla, que alguno conocerá, y ya que hacía a la idea de seguir pisando huevos detrás del otro camión. Mis compañeros me picaban para que le pisara, pues competíamos por conseguir el consumo más bajo. Por el carril de la izquierda no dejaban de venir coches. Ya estábamos de vuelta y se me acababa el tiempo, como a Alonso el otro día en Mónaco, cuando, con un ojo delante y otro detrás, vi mi oportunidad. Pero claro, realizando ese adelantamiento tiraba por la borda mis escasas posibilidades de ganar la apuesta del consumo. ¡Qué hacer! No tuve que pensarlo mucho. Se apoderó de mi el espíritu de las kartadas y, con la connivencia del monitor, que se abstuvo, y enardecido por los gritos de ánimo de mis compañeros, que casi no podían creerlo, inicié el adelantamiento más salvaje de mi vida. Como a cámara lenta, ocupando ambos camiones toda la calzada, se cruzaron las caras de asombro del otro grupo con las caras de júbilo y victoria de los de mi camión. Por supuesto volvía ser el que más gasoil consumió de mi grupo (y casi diría que de toda la clase) pero me gané muchas felicitaciones y un lugar en la leyenda de nuestro curso. Puedo asegurarles que me mereció la pena y que con este recuerdo voy a llegar a Almancil totalmente embrutecido.