Con veintiún pilotos en la magnífica pista de Almancil, ¡todos a la vez!, y contra los muy experimentados pilotos del Kartingaso, a los que agradecemos la invitación, no era nada fácil alcanzar alguno de los puestos del cajón. En representación del Arkadas Karting Club acudieron los Sres. Mato, Cappi y Miguel-R, además del Sr. Peter, que puede decirse que representa ya a los dos grupos a la vez. Se quedaba en tierra a última hora, sin vuelo para venir desde Madrid, no otro, sino Pablo Kartman. Nuestro Messi de los karts, en el banquillo. A nuestro favor, la experiencia previa en el circuito.
Se conjuraron entonces los suplentes para que al menos alguno pisara el cajón. ¡Hay que copar el podium! se decían en los momentos de mayor exaltación de sus virtudes kartianas. Mato aceptó vestir el amarillo para formar un temible tridente, mientras que Miguel-R se lanzó a una cábala pseudocientífica con los resultados de los años anteriores que obran en su poder, para averiguar cuáles eran los mejores y los peores karts, y con ésto conseguir, ahora puedo contarlo, una definitiva ventaja sobre los desprevenidos pilotos del Kartingaso. No es perfecto, pero menos es nada, se justificaba ante algunas incoherencias de su tésis, pero se equivocaba: nada, hubiera sido mejor.
A Mato le tocaba para la Clasificación no otro sino el kart 16, bendecido como el mejor kart por las aplastantes victorias de Luis el Gomas en 2009 y Pablo Kartman en 2012. A Cappi, el kart 3, supuestamente otro de los buenos; a Peter uno del montón y a Miguel-R el 17, que estaba en su lista de los karts apestados. Pues bien, quedaron 8º, 11º, 15º y 12º respectivamente. Algo no marchaba, pero mayores remontadas se habían visto.
Lo que no habrán visto ustedes es una Parrilla de Salida más larga que la que vieron nuestros ojos ayer en Almancil. Descomunal, ocupaba casi toda la recta. Con tanto público, Mato no pudo evitar montar el espectáculo: no le convencía su kart y pidió el cambio allí mismo. Menudo estratega. Cappi y Miguel-R salieron como una exhalación remontando posiciones, tanto que el primero ya estaba junto a Mato al final de la primera curva. Éste no lo vio (no distingue bien los colores con la velocidad) y lo echó contra los neumáticos. No nos sirvió de nada el briefing. Pero es que algo no iba bien con el nuevo bólido de Mato. Neumáticos fríos, poco reprís... Con una defensa algo más que numantina de su posición, fue dejando su sello... según le iban pasando. En el kart de Cappi, en cambio, algo iba de maravilla, y a pesar de atropellos o trompos se sabía ganador con ese tesoro entre sus expertas manos. Miguel-R no necesitaba meterse en jaleos porque su kart 5 (otro de los apestados de su cábala), aunque malo en curvas, era un cohete en la recta, lo cual facilita enormemente las remontadas. Ya iba cuarto o quinto, pletórico, cuando Sevi (corríjanme si me equivoco) creyó ver un buen hueco para pasarle y se lo llevó por delante. Se rehízo, tuvo una bonita pelea con Carlos Senna y Cappi, que venía furibundo tras tanto estorbo, y quedó séptimo, viendo cómo Cappi le arrebataba a Carlos la quinta plaza por auténtica foto finish, posición que le supo a muy poco sabiendo lo que podía haber hecho con ese kart 7 que era pura dinamita. Es lo que puede pasar cuando sales el 11º.
La parrilla de la segunda manga decidieron componerla con los mejores tiempos de la primera y ¡oh sorpresa! las kartadas a la primera línea: Cappi y Peter en cabeza. Miguel-R salía octavo con el kart 8 (el tercero de su lista de karts apestados que le tocaba sucesivamente) y Mato, a remontar desde la última posición con ese kart 5 que zumbaba bien.
No era el día de Cappi. Ahora tenía el mejor puesto, pero no tenía el mejor coche. Ni siquiera un coche decente. Hizo un trenecito memorable aguantando a tres pilotos a la vez, hasta que dijo basta y empezó a caer. Mientras, Peter y otro se habían escapado ya. Mato remontaba inexorablemente, dejando su sello, y Miguel-R aparcaba para siempre sus elucubraciones y se dedicaba a disfrutar de un kart 8 fino fino, un coche que se pilotaba sólo, casi sin esfuerzo. Llegó el poseedor del kart 7, lo cual era casi inevitable, y lo relegó a la cuarta plaza, pero finalmente un grave error de este piloto y un encontronazo del que iba segundo con unos doblados le pusieron en bandeja la segunda posición.
Peter fue inalcanzable y se quitó por fin la espinita que tenía clavada en este circuito. Estaba pletórico en esa vuelta de entrada a boxes en la que no dejó de alzar los brazos en señal de victoria. ¡Bravíssimo, Peter! le hubiera dicho Briatore por el team radio. Esta victoria le sirvió para alcanzar el cuarto puesto en la clasificación final. Y su segundo puesto, inesperadamente, debido a los malos resultados de los triunfadores de la primera manga, le sirvió a Miguel-R para alcanzar el segundo peldaño del cajón. Así que ya ven ustedes, el listón de las Kartadas quedó puesto bien alto.
Así es una Parrilla de 21 pilotos.