LLUVIA EXTREMA.
Con manos mágicas, Mané se llevó la soñada épica carrera bajo la lluvia.
Si estuviera aburrido de esto de los karts, ya me podría retirar tranquilo. Habíamos hecho carreras bajo muchas condiciones diferentes, incluso hicimos una carrera nocturna, pero siempre con buen tiempo. Nos faltaba hacer una carrera con la pista mojada. Habíamos hablado mucho de ello, habíamos discutido si era posible o no, tanto entre nosotros como con los dueños de los circuitos. Habíamos incluso estado muy cerca a principios de este año, en el Castillo de las Guardas, pero la proverbial buena suerte del Arkadas Karting Club había aplazado hasta ahora la cuestión. El Gran Premio de Otoño de 2011, finalmente, ha sido la fecha señalada. No daban lluvia ni para el día anterior ni para el posterior, sólo para el nuestro. No daban apenas lluvia ni para las horas previas a la carrera ni para las siguientes, mientras que arreciaba en las nuestras. Predestinado. Además íbamos a un circuito pequeño y gestionado por unos nuevos propietarios deseosos por agradar, dato absolutamente clave, como se verá.
Ahora podemos decir que la cuestión está zanjada: se puede correr en condiciones de lluvia. No es fácil, pero se puede. Hay que querer hacerlo y te tienen que dejar hacerlo. Y los que te tienen que dejar tienen también que estar dispuestos a rescatar continuamente a los pilotos que se van quedando por el camino. Por eso desde aquí, antes de seguir con la crónica, quiero dar las gracias a José Carlos y su grupo por darnos esta gran oportunidad.
También deberíamos dar la enhorabuena al Pierre Nodoyuna y Patán por su aplastante dominio en condiciones extremas. Mané estrenó su casillero de victorias y además se trajo un piloto reserva que mostró a muchos la trazada buena y que contribuyó a que el equipo morado fuera la segunda escudería en conseguir un doblete. Poco pudieron hacer los demás pilotos para seguir el ritmo implacable de estos dos sin dar una y otra vez el patinazo.
Las bajas de última hora del Aquí Hay Piloto, por inconfesables motivos, y del Torrentes Karting Team, por motivos que también deberían haber sido inconfesados, dejaron la Parrilla en 12 pilotos. Excepcionalmente, por ser su cumpleaños, invitamos a Daures Freeland, joven promesa del atletismo y del karting, que con tan sólo quince años hizo un gran papel como representante del Chupa Rueda. Con estos mimbres, se pudo gestar mi formato de prueba favorito: la carrera a dos mangas.
Andaban preocupados los dueños del circuito porque se cancelara la prueba. No está la cosa para perder oportunidades de negocio. Tan preocupados que me llamaron el viernes para confirmar que íbamos y la misma mañana del sábado mientras nos dirigíamos hacia allá con lluvia intensa durante todo el camino. La pista parecía impracticable. Un gran charco cruzaba la recta de meta de lado a lado. Sin embargo, a eso de las once la lluvia dio un respiro, llegaron todos los pilotos y pudieron drenar un poco la pista, hechos más que suficientes para que el ambiente fuera de carrera inminente.
En el Circuito de Karting Templarios, nombre oficial de la pista, ofrecen monos de competición a los pilotos, otro punto a favor para el lugar. Los muchachos aprovecharon la oferta para guardar algo de ropa seca. Pronto estuvieron los pilotos subidos en sus monoplazas y fueron saliendo cautelosamente a la pista, sobre la cual volvía a caer una lluvia fina. Curiosamente, en esta ocasión no se oyeron las típicas preocupaciones por el rendimiento del kart que a cada cual le hubiera tocado. Claro que no hubiera estado de más que el Sr. Mato dejara que el Sr. Daures avisara al Sr. Miguel-R de que su rueda trasera izquierda estaba vacía desde antes de empezar. Por lo visto, la carrera ya había empezado.
La pista estaba realmente mojada. En cuanto se acelera un poquito los neumáticos empezaban a levantar agua, de manera que era difícil conducir con la visera levantada. Igualmente era difícil lo contrario, pues la visibilidad se reducía mucho. En los interiores de algunas curvas, había auténticos charcos y cuando pasabas sobre ellos era como si te tiraran un cubo de agua, pero desde abajo. Muy pronto estuvieron los pilotos calados hasta los calzoncillos.
La pole la obtuvo Daniel (57:320), el piloto reserva del PNyP, escoltado por su compañero Mané (58:840). Los demás se defendieron como pudieron sobre el agua por este orden: Dai (58:861) también fiable sobre agua, Pablo Kartman (59:251), un relajado Cappi (59:663), Javi (1:00:125), Mato (1:00:511), Daures (1:00:726) peleando entre los mayores, Juank (1:01:225), Miguel-R (1:01:381), notando cierto subviraje a la derecha, Peter (1:01:562) y Pedrós (1:01:809).
Sin bajarse de los monoplazas, y con un poquito de frío, se montó la Parrilla y se dio la primera salida. Desde luego, no se iba rápido, pero tampoco paseando a Miss Daisy. Algunos arriesgaban más que otros, por lo que en realidad, para hacer un buen puesto sólo era cuestión de esperar que los osados fueran cayendo como fruta madura. Eso pensó Miguel-R, que, saliendo desde atrás, y con un pilotaje conservador, se vio muy pronto en una buena posición. Inocente. Tras el primer trompo vinieron muchos más en una lastimosa sucesión. Algo similar a lo que debió sucederle a Pablo Kartman. No comentó nada en las Declaraciones, pero creo ver en la hoja de tiempos una salida fulgurante y una escapada majestuosa que se vinieron abajo penosamente con no menos de cuatro vueltas lamentables. Pero tendremos que esperar al Hipergráfico para conocer toda la verdad.
Basándome en la hoja de tiempos, voy a hacer una estimación de los trompos o aquaplannings de esta manga. Mané, sin un sólo error, llegó en primera posición seguido de su compañero (2 trompos). Después, siempre ahí, Cappi (2), seguido de Pablo Kartman (4) y Pedrós (4). Más atrás, llegaron Javi (5), Dai (3), Peter (5), Juank (7) y Daures (3, uno de ellos muy largo). Y en el triste vagón de cola, los promotores de la lluvia Mato (7) y Miguel-R (5).
Hubo un descanso de pocos minutos en el que los pilotos pudieron observar las pintas que traían y hacerse unas fotos impagables. Algún listillo aprovechó para cambiarse de mono y volver a salir seco y calentito. No sólo no dejaba de llover, sino que parecía que iba a más. Los dos últimos de la primera manga, por no reconocer simplemente su escaso talento en mojado, se quejaron de sus mecánicas. A Mato, como es ya toda una tradición, le tuvieron que cambiar el coche, mientras que para arreglar el "fuerte subviraje a la derecha" del kart de Miguel-R sólo le tuvieron que hinchar un poco la rueda.
Es curioso cómo, aunque recuerdo cómo las condiciones eran cada vez peores, los tiempos por vuelta siguieron mejorando hasta el final. Si en la primera manga se había bajado un segundo la mejor vuelta de la Calificación, en la segunda se bajó 2 segundos y medio más. Los pilotos aprendieron que era fundamental subirse a los pianos, porque servían para reducir la velocidad al mismo tiempo que ofrecían mejor agarre que el asfalto. Esto lo sabía bien Daniel, que se iba como las balas a por la segunda manga, pero perdió unos 25" en un trompo a tres vueltas del final.
Mané (1 trompo) aprovechó para hacer el pleno, lo cual le daba la victoria final, y vio cómo llegaban tras él Dai (1), un renacido Miguel-R (1), Daniel (1), Pablo Kartman (2), Cappi (1), Peter (2), Daures (1), Juank (3), Pedrós (4), Javi (5) y Mato (6), que, además de estar irreconocible, destrozó el morro de su kart en la tercera vuelta chocando contra un trozo de metal que sobresalía del suelo en el interior de la curva cerrada de izquierdas tras la curva larga. Y cuando digo en el interior me refiero ya al campo, pues los pilotos, en su afán por subirse a los pianos empezaban a pasar más por el barro que por el asfalto.
El final de una carrera épica es una épica foto, que les coloco aquí arriba aunque seguro que en una cámara que no sea la mía hay una versión mejor, realizada en el pódium, bajo la lluvia. Pudimos haberla tomado bajo el porchecito, a resguardo, pero eso hubiera sido una infamia que habríamos lamentado para siempre. Si alguno se ganó un resfriado, estoy seguro de que le mereció la pena.
Este ha sido un año dominado por el color del Fiebre Amarilla, que se ha llevado tres de los cuatro Grandes Premios. Celebro que en ésta última prueba, se haya consolidado la fuerza de otra alternativa, la del Pierre Nodoyuna y Patán. El año que viene cuento también con que dará guerra el Si No Sabes Pilotar Pa Que Te Metes, si sus dos punteros pilotos pueden participar con regularidad. Trujillo Racing Team también es un proyecto prometedor. No en balde sus dos pilotos han subido puestos en el Ranking-Palmarés de las Kartadas, que pronto publicaré. No sabemos si el BMW dejará de ser unipersonal y los equipos que no vinieron a ésta última son una incógnita para mí. Me dejo otros dos equipos, ya lo sé, pero me van a permitir que hable de ellos otro día. Hoy ya se me hace tarde. Un saludo a todos.